Pasar desapercibido entre el tráfico barcelonés es muy sencillo. Sin embargo, cuando el vehículo que conduces es un Mercedes-Benz G 63 AMG con una decoración de caluflaje, ocurre todo lo contrario. Así no se camuflará en absoluto en un entorno urbano como el de la Ciudad Condal, ¡pero deja claro quien es el rey de la ciudad!
Aunque curiosamente este vinilo de caluflaje no es el militar de tonos verdes o marrones, sino que usa distintos tonos en escala de grises, como si realmente hubiera sido ideado para camuflarse entre escaparates y edificios en un entorno civilizado. Es curioso cuando el coche en sí es un gran todo terreno, que a diferencia de la mayoría de los que vemos hoy en día en el mercado, se desenvuelve de maravilla cuando nos adentramos en la naturaleza. El sistema de tracción es 4x4, tal y como se puede esperar de un coche así, mientras que el motor es un magnífico V8 de 5.5 litros que siempre tiene la potencia que se precise en cualquier situación. La distancia entre el suelo y la carrocería, aunque el parachoques de estilo deportivo nos haga pensar lo contrario, es bastante decente. Una característica muy curiosa de este ejemplar es que todas las referencias sobre qué coche es están quitadas, incluso el gran logotipo de la rejilla frontal. Los faros traseros han sido sustituídos por unos de color gris más a juego con la carrocería. ¿Qué os parece?
