La generación anterior del BMW M6 fue muy discreta. Un parachoques que a penas denotaba agresvidad, casi sin detalles que demostraran que se trataba del Serie 6 más rápido del momento y en general unas líneas muy suaves hicieron mella en sus ventas. Lumma se dio cuenta y le dio un cambio radical a su imagen para que sus clientes sí demuestren visualmente el potencial del deportivo.
Los nuevos pasos de rueda se han ensanchado significativamente, y junto a ellos los faldones laterales que continúan la línea. El parachoques frontal ha recibido un diseño más radical y el trasero ha sido dotado de una estética angulosa que terminan de mostrar el carácter del BMW. Todo eso se cubre de una pintura naranja y fibra de carbono sin pintar, lo que nos hace pensar que además de ser un poco excesiva, esta preparación se escapa del concepto que plantea el BMW M6 E63. Para completar la preparación, la potencia se ha incrementado hasta los 600 cv, 93 más de los que el motor rinde de serie. El rendimiento será mejor, pero ¿qué os parece su estética?
