Los coches eléctricos o híbridos son naturalmente más susceptibles al agua. Un pequeño cortocircuito puede tener consecuencias nefastas ya que sus baterías son altamente inflamables. Eso es lo que le pasó a estos doce Fisker Karma en Nueva Jersey. El huracán Sandy les hizo sufrir un cortocircuito y quedaron completamente calcinados.
El nombre del Fisker Karma puede propiciar algunos chistes apropiados por la ocasión, y es que es muy curioso que la naturaleza haya destrozado por completo estos coches de 'tecnología verde', mientras que la mayoría de los coches contaminantes hayan quedado indemnes al paso del huracán. ¿Habrá sido el karma? Lo que está claro es que esto e suna malísima publicidad para Fisker. Hace poco que vimos otros casos de Fisker que salieron ardiendo. Ahora el departamento de marketing de Fisker tiene una tarea bien complicada, ¿cómo le explicarán esto al mundo?
