En la capital checa es común encontrar coches de todo tipo tuneados, pero uno de los segmentos que menos aftermarket recibe es el de los coches de lujo. Ahora nos hemos encontrado con dos excepcionales casos de un Audi R8 V10 con la preparación de MTM y un Bentley Continental GTC Speed 2012 al que Mansory le ha metido mano para crear su Sanguis.
El Audi se vuelve especialmente agresivo después de pasar por las instalaciones de MTM, quienes además de la imagen se encargan de mejorar el manejo del deportivo alemán. Si la preparación es completa, el V10 pasa a rendir 606 cv de potencia, y algunos detalles externos a la mecánica también tienen una función real, como el alerón que le proporciona mayor apoyo en el eje trasero a alta velocidad. Definitivamente no se necesitan ni alerones aerodinámicos ni 600 cv para conducir por las calles de Praga, pero ayudan mucho para llamar la atención.
El Bentley, en cambio, es bastante más discreto. Mansory ha llamado de Sanguis a esta preparación, y probablemente para todos sea más bonito el producto que su nombre. Aunque en el primer golpe de vista pueda parecer que el Bentley a penas haya recibido tratamiento, el trabajo de Mansory es bastante extenso. Un faldón de fibra de carbono recorre todo el coche desde el labio frontal hasta el difusor, ejerciendo su labor aerodinámica sin añadir mucho peso. El paragolpes delantero se ha sustituído por otro más agresivo e incorpora luces diurnas de tipo LED.
