El Mercedes-Benz C 63 AMG Estate no es un coche del que estemos acostumbrados a ver pintado en colores chillones. Naturalmente hay excepciones que confirman la norma. El propietario de este ejemplar debio pensar que su máquina de más de 450cv era demasiado discreta y una buena manera de solucionar este problema es pintarlo en un color llamativo. ¿Os parece una decisión acertada?
Y es que precisamente una de sus ventajas es que es un coche relativamente discreto para el potencial que esconde bajo el capó. El motor V8 de AMG produce 457cv, lo que le permite acelerar de cero a cien kilómetros por hora en tan solo 4,6 segundos y alcanzar los 250km/h de velocidad punta limitada. Más rápido y estruendoso que sus rivales, el C 63 AMG es una verdadera bestia del asfalto que bajo nuestro punto de vista no necesita ser vestido de colores chillones para que el mundo entero vea que está ante un modelo espectacular y especial.