Acaba de ser presentado, por lo que es normal que este coche recorra varios salones de exposición. Ahora es el turno de Chicago, donde su aspecto brutal ha sorprendido a muchos. La diferencia en cuanto a su anterior generación es notable, y el nuevo Stingray juega en otra liga. Sus líneas marcadas y su estética agresiva dejan claro que quiere subir el listón del automovilismo americano.
Gracias a las nuevas tecnologías, no sólo es un coche rapidísimo en línea recta, sino que también se desenvuelve a la perfección entre curvas. Las grandes llantas que lleva completan el diseño del coche, pero también son cruciales para llevar unos neumáticos de grandes dimensiones que transmitan la potencia al asfalto. Eso sí, conduce con cuidado o tendrás que visitar más la tienda de ruedas que la gasolinera. No nos sorprenderemos en absoluto si cuando visitemos los Estados Unidos vemos una plaga de los nuevos Corvette porque han conseguido un producto excelente.
