Si vas de vacaciones a Italia y eres fanático de los coches, hay que hacer una parada obligada en la zona de las fábricas de supercars. Las fábricas de Lamborghini, Ferrari, Maserati y Pagani están todas razonablemente cerca en un marco incomparable. Martijn estuvo en Italia a finales de Agosto y nos trae este relato de sus experiencias en la visita a la fábrica de Pagani.
Mañana es Martes 28 de Agosto, en poco menos de 7 horas estaré despierto. Mi alarma ya se ha apagado, normalmente me cuesta un poco más levantarme, pero ¡hoy voy a visitar la fábrica de Pagani! A las ocho partimos hacia Módena y sobre las 10 y media llegamos a la fábrica. Lo primero que veo es que esta izada la bandera holandesa. El tour comienza a las 11, pero decido preguntar si es posible entrar antes. Lamentablemente no es posible, pero me entretienen mientras tanto con las vistas de un Pagani realmente especial. Se trata del Pagani Zonda 764 Passione. El coche arranca y acelera en vacío varias veces. El 7,3 litros V12 AMG es algo bueno para escuchar.
Son casi las 11 y aparece una joven encantadora que nos recibe y nos comunica que podemos pasar. Nos dan la bienvenida y nos dejan unos instantes con el Zonda R y con el Huayra para que podamos fotografiarlos. Al cabo de un rato ella pregunta si podemos comenzar la visita. Ya tengo suficientes fotos y todos decidimos comenzar en ese momento la visita a la fábrica.
Ella comienza comentando las especificaciones técnicas del Zonda R y del Huayra. Después narra la historia de Horacio Pagani y de la propia marca. Durante su explicación hay un momento que deja de hablar y dice: Hola señor Pagani. Todos nos volteamos y quien estaba ahí? Horacio Pagani dirigiéndose al taller. Creo que es agradable ver como el dueño y fundador de la marca esta tan involucrado en el trabajo del día a día. Continuamos con la explicación y propongo una serie de preguntas. Como por ejemplo cuantas unidades del Huayra fabrican al año, cuales son los principales países a los que venden y cuantas unidades del Huayra hay ya vendidas. Me responden que fabrican 20 coches al año. Sus mayores clientes se encuentran en Asia y América y que ya hay 80 pedidos del nuevo Huayra. Entonces nos comentan que van a fabricar una fabrica mayor al lado de la actual y esta la usarán como centro de investigación y desarrollo.
Cuándo ella finaliza su visita en el "showroom" nos comunica si estamos listos para entrar en el "atelier". Las cámaras lamentablemente deben estar apagadas en esta parte de la visita. Mientras entramos en el atelier, vemos como se efectúan las últimas pruebas de conducción del Zonda 764 Passione. Entramos en el taller donde se encuentran 3 Huayras. Ahora nos dirigimos a una parte pequeña del taller donde se fabrican los paneles carbono y titanio. Pagani fabrica este compuesto que asegura ligereza y una fuerza extraordinaria. Vemos que hay varios empleados trabajando en estos paneles. Nos dejan tocar varios materiales para comprobar sus texturas. Es muy bonito ver como todos los trabajadores sienten esa pasión por Pagani. Volvemos ahora para atrás para ir a una zona mas grande donde se produce la mayor parte de la fabricación de los Pagani. Continuamos hacia la zona ya de retirada de los vehículos, donde podemos detenernos a observar bien el Huayra.
En ese instante Horacio Pagani se acerca para conversar con algunos de nosotros. Todavía echamos un vistazo a los escaparates donde se muestran partes del interior, así como otras partes como las pinzas de freno. En ese momento nos invitan a abandonar el taller y al echar el último vistazo me doy cuenta de lo especial que es esta marca. En la sala de exposiciones nos encontramos con Horacio de nuevo y le preguntamos si podemos hacernos una foto con él. Nos dice que no hay problema y se la hace. Después de la foto nos agradece la visita y vuelve a entrar al taller. Inmediatamente después aparece con el Zonda 764 Passione y apenas me da tiempo de hacer una foto con el teléfono móvil. A continuación estuvimos dando un paseo por la sala de exposiciones y compro como recuerdo un polo de Pagani, como recuerdo de esta inolvidable experiencia.
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