Nos encontramos en una época de la historia automovilística en la que los deportivos de uso “diario” están en peligro de extinción. Apenas vemos por la calle ese tipo de coches como el 370Z o GT86 actuales, que anteriormente eran mucho más comunes, y las marcas lo saben. Es entonces cuando aparece el segmento de los hot hatchbacks; utilitarios, mayoritariamente de tracción delantera, con una estética deportiva y con la idea presente de diversión al volante. Mucho más prácticos que los anteriores deportivos e igualmente divertidos, cuando hablamos de este tipo de coches nos vienen a la cabeza modelos como el Focus RS, Civic Type-R, A45… No obstante, muchos se olvidan que antes de todos estos ya existía una marca con la misma fórmula que ganaba campeonatos allá por los años 60. Hablamos de Abarth. A lo largo de los años y sobretodo con la llegada del 500, Abarth ha conseguido muchos seguidores, que hoy en día se reúnen en quedadas como el Abarth Day para compartir su pasión y disfrutar de los coches en compañía. Nosotros asistimos al último celebrado en el circuito de Castellolí, donde pasamos un día inolvidable.